Biografía
Antonio Torres (Madrid, España, Mayo de 1980) se dedica exclusivamente a la literatura, al desarrollo de tecnología y a la composición musical, después de haber dedicado parte de su vida a formarse como científico, vía que cerraría oficialmente en 2018 después de que finalizara su labor científica, al auspicio del prestigioso contrato como investigador Juan de la Cierva, recibido en 2015 por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Profesionalmente se inició en el ámbito de la tecnología y ciencia espacial, trabajando como ingeniero de proyecto en el Departamento de Misiones Espaciales de la empresa GMV Aerospace and Defence en Madrid. El Ministerio de Ciencia de España lo financió con una beca de Formación del Personal Investigador (FPI) durante sus estudios de doctorado en Ingeniería Aeroespacial, que finalizó en Julio de 2013 con la defensa de la tesis que lleva por título: Electrodynamic Tethers for Planetary and De-orbiting missions (Amarras electrodinámicas para misiones planetarias y para misiones de reducción orbital de satélites). Antes de finalizar la tesis doctoral, realizó una estancia de investigación en la Universidad de Padua para estudiar la eliminación de basura espacial junto al profesor Enrico Lorenzini.
Durante la labor investigadora ha colaborado en tareas docentes, dirigiendo Trabajos Fin de Grado en Ingeniería Aeroespacial, y ha impartido docencia en la Universidad Politécnica de Madrid, en asignaturas como: Física I, Física II, Motores de propulsión espacial y amarras electrodinámicas. En la Universidad Carlos III de Madrid impartió clases de Introducción a la mecánica de vuelo y Mecánica de vuelo avanzada.
Se bautizó literariamente con la obra A solas con Garcilaso (2011), un poemario que reivindica la figura del insigne poeta Garcilaso de la Vega. A ese poemario se unieron el de Una lágrima cae en el viento, El ruiseñor de los versos, y Orfebres del alma, todas obras publicadas en 2015. Su primera incursión en la narrativa fue 2020 con la novela histórica El inventor, y ese mismo año con la novela de género policíaco Balas de papel.
A pesar de que dejara formalmente la investigación en su carácter más profesional, ha seguido formando parte de la comunidad científica colaborando activamente, desarrollando patentes, artículos científicos, como ponente en congresos y como asesor científico.